¡Soy un campeón!

 
Cuando el policía Edwin Alfredo Mora campeón de tiro en la modalidad de pistola y con nuevo récord nacional empezó a contar cómo perdió sus piernas en un cruce de disparos mientras ejercía su labor, quienes lo rodearon para abrazarlo por su oro no pudieron contener sus emociones y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.
 
Todos se fundieron en un solo abrazo  y el mismo Edwin tampoco fue ajeno a ese momento  sublime en el que se convirtió su triunfo. “Se me aceleró el pulso y ahora mismo tengo una cantidad de sentimientos encontrados porque aquí había mucho público animándome, más que en cualquier otra competencia en las que he estado, pues ya he sido campeón nacional varias veces durante a los últimos dos”.
 
Pudo más su espíritu policial que la vocación sacerdotal que lo acompañó desde pequeño cuando decidió ingresar al seminario de los Hermanos de San Carlos, una comunidad italiana que también dedica su trabajo a labores sociales y pastorales.
 
Natural de Miraflores, en Boyacá, y procedente de una familia unida y muy religiosa, en la vida del entonces joven Edwin pesó más su deseo de ser policía y decidió ponerse el uniforme en el año 2002.
 
Desde una silla de ruedas en donde se acomoda para el diario ejercicio de sus actividades, recuerda con nostalgia y sentimiento aquel 22 de abril de 2007, en los montes de Argelia, Valle del Cauca,  donde un cruce encontrado de balas acabó con parte de su cuerpo, pero no con su tenacidad para seguir viviendo.
 
“Eso fue muy teso….se me derrumbó el mundo cuando sentí los impactos y me llevaron de inmediato al centro de salud. Después estuve nueve meses en el hospital y llegó el día fatal. Vino el médico y me explicó que debía amputarme las piernas porque tenía una infección generalizada y de no hacerlo moriría en pocos días”.
 
Sus ojos se fueron enrojeciendo…dejó perder su mirada en el infinito y después de unos segundos retomó su narración. ”Sentí que allí todo iba a terminar para mí, el mundo me cayó encima. Le dije: si no hay otro remedio, hágalo… y aquí me tiene, ¡Soy un campeón!
 
A sus 31 años, acaba de cumplir uno de sus máximos sueños, ganar el oro e imponer un registro nacional. “Sigo siendo policía y lo seguiré siendo con mucho orgullo y con un oro a bordo”.


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